viernes, mayo 19, 2006

Hombres que no olvidan....

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO
He poblado tu vientre de amor y sementera, he prolongado el eco de sangre a que respondo y espero sobre el surco
como el arado espera: he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos, esposa de mi piel, gran trago de mi vida, tus pechos crecen hacia
mí dando saltos de cierva concebida.
Ya me parece que eres un cristal delicado, temo que te me rompas al más leve tropiezo, y a reforzar tus venas
con mi piel de soldado fuera como el cerezo.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas, te doy vida en la muerte que me dan y no tomo. Mujer, mujer, te quiero c
ercado por las balas, ansiado por el plomo.
Sobre los ataúdes feroces en acecho, sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa te quiero,
y te quisiera besar con todo el pecho hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los campos de combate te piensa mi frente
que no enfría ni aplaca tu figura, te acercas hacia mí como una boca inmensa de hambrienta dentadura.
Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo, y defiendo tu vientre de pobre que me espera, y defiendo tu hijo.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado, envuelto en
un clamor de victoria y guitarras, y dejaré a tu puerta mi vida de soldado sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo. Un día iré a la sombra de tu pelo lejano. Y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables, y ante mi soledad de explosiones y brechas recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos,tu corazón y el mío naufragarán, quedando una mujer y un hombre gastados por los beso.
Miguel Hernández.
Buen fin de semana.
Salud y República.
Cony