Un fin de semana de febrero en Santiago

Acabo de ver la película "Berlin Occidental" (A Foreign Affair) en el cable donde actua y canta Marlene Dietrich. Filmada en 1948 por Billy Wilder es una buena película que muestra el Berlin de post-guerra y antes del muro. Marlene canta en ella una canción llamada "Mercado Negro" (Black Market) que sólo por escucharla ya justifica verla.
Me recordó otra película que me mostró una de mis hermanas de intercambio en Alemania hace un par de años, cuyo título lamentablemente no recuerdo, con una temática similar en tono de comedia irónica filmada por alemanes en la misma época, con mayor cantidad de tomas de exterior (y no solo proyecciones como se ven en esta). En ella se criticaba entre otras cosas el consumismo norteamericano y las multinacionales del mismo país, especialmente la Coca-Cola.

Incentivada por la película de Alfonso Cuarón que vi hace unos días, búsque y leí el libro de P.D. James: "Niños del hombre". Ambos, tanto la película como el libro son recomendables.

Entretenido fue ver las diferencias... desde el sexo del niño de la nueva era, la relaciones de pareja entre los personajes, la forma de tratar del tema de la inmigración en ambos (la escritora es inglesa y Cuarón es mexica) y la diferencia de personalidad características de la última generación nacida en ambas versiones.

Aunque el libro, escrito el '92, y la película hablan de que pasaría si en unos años más.... las imágenes de la película son citas visuales de hoy: Guantánamo, Palestina, Líbano, etc.. En ambos casos me invadió una profunda depresión en la primera parte y me dejé llevar por una necesaria y reconfortante esperanza en la segunda y última parte.

Notable es la imagen del Guernica de Picasso como cuadro que adorna el comedor del Guardián de Inglaterra.
El sábado, en el frontis del MAC, proyectaron el documental "Mi Julio Verne" de Patricio Guzmán (2005).
En una grata noche de verano en el Forestal, disfrutamos de la magia e imaginación de ese prolífico escritor que ha dejado huella en tantas generaciones de niños en todo el mundo.
Se proyectó otro documental que no amerita ni siquiera su mención.


Y el fin de semana comenzó el viernes en la noche, al ir a ver al grupo de teatro amateur en que participa una amiga, quienes montaron algunas escenas de "El buen doctor", una adaptación de Neil Simon de varios cuentos de Anton Chejov en el Teatro del Centro Cultural de Ñuñoa. El trabajo del grupo, los textos elegidos, así como el lugar, hicieron de esa noche una agradable experiencia.En resumen, un fin de semana de febrero, de esos en que parece que no pasa nada y sin embargo, al resumir lo visto, escuchado, leído y aprendido... sorprende.