lunes, diciembre 11, 2006

Un día cualquiera....


De esos domingos que parece seran eternos....y comienzan las llamadas telefónicas, supiste? murió Pinochet??
Prendo la televisión y comienzo a percatarme de lo colérico de mi país, mujeres llorando y hombres forzando el asta de una bandera, y por otro, murgas improvisadas tomándose las grandes alamedas...todos dijeron algo, todos querían demostrar algo. Versiones confrontadas.
Decidí, entonces, levantarme de mi letargo....profundo...para no perderme esta nueva forma de observar o ser parte de la historia de mi país, porque, además del suceso, la fecha no dejaba de ser simbólica, el mismo día se conmemoraban la Declaración de los Derechos Humanos , y la hoy viuda cumplía años....
Así que partí...observé las calles llenas de papel picado, a Lemebel como la Reina de Saba rodeado y fotografiado.
Escuché una trompeta que a ritmo acelerado de cumbia recordaba la melodía que armoniza los funerales según el rito marcial...
Ví a niños que, sin entender mucho, celebraban junto a sus padres y reían con tanta caricatura que, en horas, los pintores habían logrado exponer frente a todos los congregados en la plaza Italia.
Pero ya luego, cuando mi nariz y ojos reaccionaban al efecto de gases...me devolví a casa para seguir viviendo el día ya hecho noche...a través de la televisión, el cual brotaban los comunicados de prensa, las declaraciones de voceros de gobierno y más de algún informe especial.
Y hoy lunes, luego de tomar un respiro y mirar todo por segunda vez, pienso y declaro que la justicia debe perseguir a los que aún quedan.
Que hoy los restos del general están,y que su familia los puede velar...pero que los de muchos otros aun no.
Que hoy no acaba el contraste nacional, sino que se enarbola.
Pero sobretodo que hoy sigue siendo claro que muchos necesitan tener la seguridad de que la muerte no vence a la justicia.
Ojalá nuestros corazones busquen migrar siempre hacia la verdad.

A todos una buena semana...
Besos y pócimas.